Tras una lucha laboral que duró cinco meses, los empleados de limpieza de la sociedad ateniense de autobuses OSY logró una victoria en Grecia. Como muchos empleados que tienen que trabajar mediante empresas subcontratistas, no sólo no habían recibido su salario durante meses, sino que por años les habían pagado sólo 450 euros al mes, en lugar de los 680 euros que se habían acordado. Después de dos huelgas de ocho y quince días y gracias al vasto apoyo por parte de activistas de izquierda y sindicales, ahora se tendrán que pagar todos los sueldos pendientes.

Esto afectaba sobre todo a las empleadas mujeres y migrantes. Apostolis Kassimeris, miembro de la junta directiva del Sindicato de Choferes de Autobuses de Atenas, dijo al respecto: “La importancia particular de esta huelga radica en que muchos de los empleados de limpieza sufrían una triple opresión: como migrantes, como mujeres y como mano de obra barata. Esta lucha es un ejemplo para otras y otros trabajadores, pues sucede con frecuencia que no se paguen los salarios.” También cuenta que, al principio de la disputa, los empleados de limpieza prácticamente no se atrevían a hablar con los representantes de los sindicatos. Al final fueron quince empleados en un almacén quienes dieron el paso decisivo: se rebelaron y se pusieron en huelga. Por último todas y todos los colegas de los siete almacenes participaron en la huelga.

Esta lucha laboral también pone los reflectores sobre la política del gobierno de Syriza. Éste es el responsable directo de la gestión de las empresas públicas de autobuses, y pudo haber ejercido una temprana acción para que se rescindiera el contrato con el subcontratista “Link Up” y para que se empleara directamente a los empleados de limpieza. Esto no sucedió. No fue sino hasta después de una protesta de los empleados de limpieza frente a la central de Syriza que se habló con ellos y se les concedió apoyo. [Texto: Sascha Stanicic]